Próximo paso será cerrar acuerdos con los futuros clientes, mayoritariamente mineros, para iniciar construcción en 2019.
Un importante paso logró el proyecto de desaladora Enapac (Energías y Aguas del Pacífico), ubicado en la Región de Atacama, luego de que la comisión ambiental de esa región aprobara sus permisos, dejando todo listo para el inicio de su construcción.
Se trata de una iniciativa valorada en unos US$ 500 millones, que se convertirá en la planta de mayor capacidad en el continente, con una capacidad máxima de 2.630 litros por segundo, los que serán distribuidos entre distintos consumidores, que se espera que sean unos dos grandes y dos de tamaño más mediano.
“Esto es un paso fundamental, llevamos en este proyecto cuatro años y que haya sido aprobado de manera unánime es un logro inmenso. Ahora hay que abordar la estrategia de cierre comercial con los clientes mineros, que son quienes harán uso del agua fundamentalmente”, explicó Rodrigo Silva, CEO de Trends Industrial, propietaria de la iniciativa.
Es justamente el cierre de los contratos con los futuros usuarios un paso clave del proyecto, que en paralelo iniciará las gestiones para definir el socio encargado de la construcción de la planta, así como también, la forma de financiamiento, la cual considera la posibilidad de endeudarse hasta por un 80% del costo final.
De acuerdo con los plazos que maneja el controlador, la idea es que el proceso de construcción comience durante 2019, para dar inicio a la entrega del suministro hídrico a inicios de 2021.
Según explica Silva, la inversión podría superar los US$ 1.000 millones, ya que se deberán construir las tuberías mediante las que llevarán el agua hasta las faenas de los clientes.
“Es un proyecto clave para la industria minera de la región de Atacama, porque no hay agua y hay mucha minería que no tiene acceso al suministro. Nuestra visión es que muchos usuarios puedan acceder a una fuente de agua sustentable, de manera que se vayan dejando de utilizar las aguas continentales y las cuencas de la región, la que sufre un severo estrés hídrico”, comentó Silva.
Para abastecer de energía a la desaladora, el proyecto contempla el levantamiento de una planta fotovoltaica de unos 100 MW de capacidad.
Fuente: El Mercurio