Fuente: Pulso/Constanza Valenzuela
La minera suiza advirtió de un “riesgo elevado” de que los múltiples procesos sindicales que se esperan para el próximo año terminen en un desacuerdo entre las partes y, con ello, en huelgas en la minería del cobre.
Atentos a cómo se desarrollará el tren de negociaciones colectivas en la minería chilena están las grandes multinacionales con negocios en el mundo cuprífero.
Y es que de manera inédita, el próximo año se deben renegociar 28 contratos colectivos en Chile, el principal productor de cobre a nivel mundial. Aquello se traduce en que las principales mineras deberán sentarse a negociar con sus trabajadores, en medio de un mejor precio del metal rojo. A ello se suma una nueva legislación laboral que, entre otros, obliga a que el último contrato colectivo sea el piso de la negociación.
Y una de las multinacionales que está poniendo sus ojos en estos múltiples procesos es la suiza Glencore, que en Chile está presente a través de la segunda minera privada a nivel nacional, Collahuasi, de la que posee el 44%. Además, la compañía controla la mina de cobre Lomas Bayas, en la Región de Antofagasta.
Durante su investor day, la minera comentó que a nivel global ve una oferta “apretada”, lo que podría profundizarse como consecuencia de la falta de nuevos proyectos y eventos. Entre ellos, las huelgas en el sector, particularmente en Chile.
“Si hablamos de cobre, el llamado muro de suministro no llegó en 2017. Quizás hubo nuevas minas de cobre que se subieron a bordo, pero la gente se olvidó del desgaste de las minas de cobre o de las leyes que disminuían en una gran cantidad de la mina de cobre; además que un riesgo de huelga elevado que está ocurriendo en la industria. Y con las nuevas negociaciones salariales que tendrán lugar en Chile el próximo año, seguiremos teniendo huelgas posiblemente”, comentó el CEO de Glencore, Ivan Glasenberg.
El próximo año se vencerán 28 contratos colectivos en esta industria. Entre ellos, más de una decena de contratos de Codelco, además de Escondida. Esta última experimentó este año una de las paralizaciones más extensas que se han vivido en la minería chilena. Fueron 43 días de huelga, que se tradujeron en unas 200 mil toneladas menos en el mercado. Dado que el sindicato decidió cerrar el proceso acogiéndose al artículo 369 del Código de Trabajo, las partes deberán sentarse nuevamente a negociar el próximo año.
En el caso de Glencore, en enero se vence el contrato colectivo del sindicato de trabajadores de Lomas Bayas y en octubre el del sindicato N°2 de supervisores de Collahuasi.
Baja inversión
La probabilidad de huelga se suma a una falta de proyectos nuevos, lo que podría estresar aún más el mercado, comenta. Esto, considerando que se espera que el consumo del metal rojo se eleve como consecuencia de la proyección que tiene el uso de autos eléctricos, que utilizan ocho veces más cobre que un auto convencional.
“También hemos visto, si hablamos de cobre, la falta de inversión. No hemos visto recientemente la construcción de grandes minas de cobre y no hay mayores expansiones o nuevas minas grandes en construcción en todo el mundo. Por lo tanto, creemos que en el suministro en cobre, ha habido una gran falta de inversión. Existe una demanda robusta de cobre, que es fundamental para la adopción de vehículos eléctricos y hablaremos de los tonelajes que requerirán avanzar en una diapositiva posterior”, indicó a inversionistas Glasenberg.