Fuente: El Mercurio/Hernán Vargas S.
Desde Mina Invierno dijeron que rechazo a tronaduras “compromete la continuidad operacional” del yacimiento:
Los seis sindicatos de la compañía, que opera en Magallanes, iniciaron reuniones con autoridades para plantear su preocupación por los más de 1.000 puestos que peligrarían de concretarse la paralización.
El “fantasma” del cierre se apareció en la faena de carbón Mina Invierno, propiedad en partes iguales de Copec (grupo Angelini) y Ultramar (familia Von Appen). Esto, luego que la Comisión de Evaluación Ambiental (CEA) de Magallanes rechazara el uso de tronaduras para la extracción del mineral.
Este proceso es clave para la continuidad de la faena que requirió de una inversión por US$ 650 millones, ya que sería la única manera económicamente viable de explotación del carbón en las zonas de suelo más duro. El posible cierre puso en alerta a los seis sindicatos de la compañía que ven peligrar los más 1.000 empleos, entre propios y terceros, que genera la operación emplazada en isla Riesco.
Los temores de los sindicatos tienen asidero, siendo la propia administración la que reconoce que la paralización es una alternativa si no se revierte en el mediano plazo el rechazo a las tronaduras. “Se compromete la continuidad operacional de Mina Invierno, ya que sin la incorporación de tronaduras hay poco espacio para seguir produciendo”, sostiene el gerente regional de la minera, Guillermo Hernández.
Además, explica, se postergó de manera indefinida la contratación de 103 personas que iban a ser incorporadas durante el primer semestre de este año.
“Nuestras bases tienen preocupación sobre el futuro laboral, pero también nos gustaría que se debatiera la necesidad de reestructurar la forma en que se evalúan los proyectos, que debería fundamentarse en aspectos técnicos y no en apreciaciones personales”, opina el presidente del Sindicato Minera Invierno, Nelson Valenzuela.
El dirigente recuerda que el Informe Consolidado de Evaluación (ICE) -documento elaborado por el organismo técnico- recomendaba la aprobación; no obstante, la comisión decidió rechazar.
El presidente del Sindicato N° 2 de operaciones de la empresa, Jorge Rimenschneider, cuenta que los trabajadores sintieron decepción por el resultado de la votación, porque esperaban su aprobación, lo que permite asegurar la continuidad de la extracción del carbón.
A esto se suma que en 2016 la misma comisión ambiental de Magallanes -por nueve votos a favor y dos en contra- había aprobado las tronaduras. Sin embargo, en marzo de 2017 la Corte Suprema obligó a que existiera un proceso de participación ciudadana, por lo que se retrotrajo la evaluación y en ese nuevo análisis se rechazaron las tronaduras en la referida comisión.
Los dirigentes comentan que el viernes se reunirán con el director ejecutivo del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), Juan Cristóbal Moscoso. A su vez, tramitan reuniones con senadores para plantear sus inquietudes. “Esperamos también tener alguna entrevista con los nuevos ministros”, sostiene Valenzuela. “En caso de que se hubiera aceptado las tronaduras, que nosotros llamamos fraccionamiento porque son una carga muy baja, se habría reactivado toda la mina, pero eso no ocurrió”, señala Rimenschneider.
Debido a la baja en el precio internacional del carbón, la firma no ha desarrollado todo su potencial productivo, existiendo disminuciones de personal en años anteriores para acomodarse a la nueva realidad de la industria. Rimenschneider comenta que cree que habrá nuevas desvinculaciones, aunque no masivas aún. Pero agrega que lo que ocurra en 2019 no está asegurado si se mantiene el impedimento a las tronaduras.
US$ 650 millones
se invirtió en la construcción de Mina Invierno.
2013
partió la operación de la mina de carbón en Isla Riesco.
1.021
son los trabajos que genera la faena.