Fuente: Pulso
La minera controlada por BHP Billiton anunció que desvinculará al 3% de su dotación, encendiendo las alarmas por parte de los trabajadores. La medida se tomó meses antes de que ambas partes se sienten para acordar un nuevo contrato colectivo.
Complicada se ve la próxima negociación colectiva que deberá enfrentar Escondida con su sindicato único, que abarca a unos 2.500 trabajadores, el primer semestre del próximo año. Esto, porque al interior del sindicato dirigido por Patricio Tapia molestó la carta enviada por la vicepresidencia de Asuntos Corporativos de la minera controlada por BHP Billiton donde anunciaba un nuevo ajuste de la dotación, lo que se traducirá en la desvinculación de 120 trabajadores.
“La empresa concluyó necesario realizar una reducción de quipos y una racionalización de personal que significará desvincular a cerca de 120 trabajadores -alrededor del 3% de la dotación- que incluirá tanto a supervisores y staff como a operadores y mantenedores”, indicó la misiva interna enviada al mediodía de ayer. Añadió que el proceso se implementaría justamente durante la jornada.
Según explicó la firma, la decisión responde básicamente al resultado de una evaluación de sus procesos. “La compañía concentra sus esfuerzos en mantener una operación segura y productiva, por lo que permanentemente debe realizar una evaluación crítica de sus procesos y de los recursos necesarios para dar cumplimiento a sus actividades de manera segura y sustentable en el tiempo”.
Más allá de ello, la decisión se dio justo 244 días después que Escondida concluyera una de las huelgas más extensas que se han registrado en el sector minero nacional, con 44 días de paralización. El conflicto, terminó de manera sorpresiva con la aplicación de artículo 369 del Código de Trabajo, que mantiene el contrato colectivo anterior, pero sin las cláusulas de reajustabilidad relativas, tanto a las remuneraciones como a los beneficios pactados en dinero, entre ellos el bono por término de conflicto. Este contrato tiene una extensión de sólo 18 meses, plazo que se vence en agosto próximo.
Dado todo este escenario, tras las desvinculaciones, la indignación de los trabajadores no se hizo esperar. Las protestas se hicieron saber tanto internamente, como a través de las redes sociales, donde se divisaron violentos mensajes contra la medida.
En paralelo, desde el sindicato indicaron estar a la espera de saber qué nivel de afectación tendrá la medida sobre sus afiliados, pero anticiparon que una medida de este tipo no contribuye a mejorar la relación con Minera Escondida.
“Esto complica las relaciones. No descartamos nada, porque esto también puede ser algún tipo de venganza”, comentó Carlos Allendes, vocero del sindicato.
Los roces
Según conocedores de las tratativas, la negociación por un nuevo contrato colectivo no se viene fácil. Esto, tanto por factores internos como externos. Por un lado, los empleados han tenido una serie de desencuentros con la empresa tras la huelga, lo que se suma a las mejores perspectivas que enfrenta el mercado del cobre, lo que elevaría las exigencias del sindicato.
El último conflicto entre las partes ocurrió la semana pasada, por diferencias en los montos de los bonos por producción, la que tras una serie de intercambios con la empresa derivó en la corrección del cálculo en favor de los trabajadores.
Tras el impasse, desde el sindicato indicaron: “Estamos convencidos que la decisión de la empresa ha estado motivada por la contundente reacción del conjunto del sindicato, socios y dirigentes, en cuanto a no aceptar este atentado a nuestros derechos y la disposición a ejecutar las acciones necesarias para enfrentar esta situación”.
No obstante, antes de ello también se habían visto diferencias en la renovación de la jornada excepcional y en la fecha de término de la extensión del contrato colectivo.