Fuente: El Mercurio
Presidente de la Federación Minera de Chile (FMC) sostiene que la medida, previo a nueva negociación, sería un “chivo expiatorio” por quiebres internos. Otros dirigentes lo interpretan como una radicalización de este grupo.
Un verdadero cisma vivirán las organizaciones de trabajadores mineros en los próximos días: el sindicato de Escondida -el más grande de la industria privada del país- tramita su salida de la Federación Minera de Chile (FMC), histórica agrupación que reúne a los movimientos de operarios de las grandes faenas que no están en manos de la cuprera estatal Codelco.
Los integrantes del sindicato que se mantuvo por 44 días en huelga durante 2017 terminarán esta semana la votación que decidirá si se escinden o no de la FMC, aunque todas las señales indican que los trabajadores de Escondida no participarán más en esta organización.
La decisión se dará a solo cinco meses de que se inicie una nueva negociación colectiva en Escondida, luego de que la del año pasado, pese a la extensa huelga, terminara sin acuerdo entre las partes.
De concretarse la salida, este movimiento remecerá al mundo sindical de la minería privada y marcaría una clara división entre las agrupaciones en su mirada de cómo ejercer el rol de dirigentes.
Desde el sindicato N° 1 de Escondida, que posee más de 2.500 socios, declinaron hacer comentarios sobre la materia hasta que termine el proceso de consulta a sus bases, aunque conocedores señalan que hace más de un año los dirigentes de esta agrupación dejaron de participar de la FMC, aduciendo que era “demasiado servil al empresariado”.
De hecho, la FMC no jugó un rol relevante en el fallido proceso de negociación colectiva en Escondida el 2017. Desde la industria comentan que si bien a esta organización suprasindical no le corresponde negociar, sí han sido más activos en otros procesos, entregando información o solucionando dudas de las bases de las organizaciones.
Otra fuente indica que el sindicato de Escondida es más cercano al Frente de Trabajadores Mineros (FTM), grupo creado a fines de 2015 en momentos de despidos de trabajadores desde las faenas. Si bien tienen pocos integrantes, se han caracterizado por realizar acciones más agresivas.
De hecho, a fines de noviembre y tras conocerse la desvinculación del 3% de la planta de Escondida, integrantes del FTM se tomaron el puerto Coloso, propiedad de la minera operada por BHP.
“No sería extraño que buscaran (el sindicato de Escondida) potenciar esta u otras organizaciones que ‘vayan al choque’ por sobre la Federación Minera de Chile que uno la podrá criticar, pero tiene un domicilio conocido y actúa de forma responsable”, señala el dirigente de una minera privada que prefiere mantener su nombre en reserva.
Mirada de la Federación
Desde la FMC comentan que si bien la inminente salida corresponde en parte a una gestión que puede ser percibida como negativa por algunos, los verdaderos motivos estarían en otro lado: buscar tapar los quiebres que existirían al interior de la propia organización.
El presidente de la FMC, Gustavo Tapia, comenta que la desafiliación puede usarse como “chivo expiatorio” por estar el sindicato con “serios problemas internos”.
“No desconocemos que como Federación podemos hacer cosas mal, pero tampoco creemos que este sea el camino. Dada la magnitud del sindicato de Escondida, la actitud debería ser ‘rememos todos para el mismo lado'”, apunta Tapia.
Parte del fenómeno se explica, a su juicio, por la injerencia excesiva que tienen asesores externos a los sindicatos “que buscan sólo réditos económicos”. Tapia, aunque consultado, prefirió no dar nombres.
El abogado Marco López trabaja como asesor del sindicato de Escondida, siendo su figura controvertida. Unos lo acusan de buscar su beneficio personal a costa del sacrificio de los integrantes de los sindicatos, mientras que otros lo catalogan como un brillante negociador.
López, dentro de su historial, ha asesorado a grandes sindicatos, como Spence o Zaldívar, y a algunos dirigentes de Escondida los invitó a Cuba a un curso para perfeccionarse en su labor.
“Hay ciertas personas que se transforman en imprescindibles y que sin ellos los sindicatos no podrían manejarse; sin embargo, solo están en la búsqueda del beneficio económico propio. Y para ese objetivo, la Federación se transforma en incómoda para ellos”, opina el presidente de la FMC.