Déjame preguntarte algo, ¿te ha sucedido sentirte tan cansado que incluso durmiendo lo justo y necesario sientes que no puedes reponerte? Quizás gran parte de este agotamiento es de tipo psicológico, invisible, acumulativo… y no por eso menos real.
Pareciera que en algún punto de nuestro desarrollo laboral terminamos cayendo en un círculo vicioso que se comprende de las siguientes etapas:
Trabajamos implementando nuestra fuerza física y nuestros recursos psicológicos
Al final de la jornada surgen dos tipos de cansancios (el del cuerpo y el de la mente)
Si logramos descansar nuestro cuerpo podemos volver a recuperar la energía del día anterior… ¿pero qué pasa con nuestro agotamiento mental?
A diferencia de nuestro cuerpo, los tiempos de procesamiento y reprocesamiento de información de nuestro cerebro pueden ser muy diferentes a los de una jornada laboral. Pareciera que siempre hay una “parte” de este cansancio mental que no se logra disolver del todo y se termina acumulando. Con el tiempo, esta acumulación de agotamiento mental nos impide volver a recuperar nuestra vitalidad (por mucho que descansemos físicamente, cuando es posible claro está).
Entre todas las causas que pudieran estar a la base de este cansancio mental, me gustaría tomar una en particular que pareciera ser la esencial: EL CONCEPTO MISMO QUE TENEMOS DE LO QUE SIGNIFICA UN TRABAJO Y TRABAJAR.
Todo trabajo comprende un intercambio de dinero por tiempo, esta es la idea más simple que nos han enseñado a tener sobre el trabajo. Lamentable esta idea pudiera llegar a ser dañina, porque cuando pensamos que el trabajo es solo un intercambio entre tiempo y dinero, nos olvidamos de todos los recursos físicos y mentales que utilizamos día a día, casi sin darnos cuenta… hasta ahora.
Lo cierto es que diariamente utilizamos una amplia gama de recursos psicológicos, aun en las tareas más rutinarias. A modo de ejemplo, podríamos pensar en que sería de un prevencionista de riesgos si no tuviera tolerancia al estrés, que sería de un gerente de recursos humanos que no tuviera ciertas habilidades sociales o de un ingeniero eléctrico que no tuviera un elevado grado de pensamiento sistémico para analizar los problemas que se puedan presentar las líneas energizadas.
Solo para ilustrar y ejemplificar, quisiera mostrarte una lista con algunos de los recursos psicológicos más comunes:
Recursos psicológicos emocionales:
Motivación
Actitud
Empatía
Autorregulación
Recursos psicológicos cognitivos:
Inteligencia
Conocimientos
Habilidades técnicas
Funciones cognitivas
Recursos psicológicos sociales:
Habilidades sociales
Trabajo en equipo
Liderazgo
Negociación
Mediación de conflictos
Comunicación
Ahora bien, cuando pensamos que el trabajo es solo un intercambio de dinero por tiempo estamos limitando nuestras posibilidades, negándonos a aprovechar una tremenda oportunidad de oro que siempre ha estado enfrente de nuestras narices: APROVECHAR LA EXPERIENCIA DE TRABAJAR PARA DESARROLLAR NUESTROS RECURSOS PSICOLÓGICOS DE TAL MANERA QUE LA EXPERIENCIA QUE ANTES “NOS QUITABA ENERGÍA”, AHORA NOS “APORTE ENERGÍA”. No quisiera dejar pasar este párrafo sin recordar en voz alta los tremendos beneficios que representa para una empresa, el contar con un trabajador que dispone de más energía día a día, cada vez más motivado, maduro, capaz y sobre todo, satisfecho.
Esta capacidad de cambiar nuestro concepto de trabajo representa un beneficio mutuo tanto para la empresa como para el trabajador. Es como un pequeño grado en una brújula magnética que desde cerca parece una diferencia nimia, pero que a lo lejos puede representar una distancia kilométrica entre una posición y otra (el agotamiento y la energía). Recordemos que en el fondo lo que está a la base del cansancio psicológico es no poder utilizar los recursos psicológicos en nuestro propio beneficio.
¿Cómo podemos específicamente aprovechar esta oportunidad? La clave consiste en lo siguiente, por favor pone mucha atención:
“Que los recursos psicológicos que tú tienes que utilizar en tu trabajo, los puedas transformar en la principal herramienta para alcanzar tus sueños y metas. De esta manera, el trabajo se transforma en el mejor gimnasio para ejercitar las habilidades que necesitas para conseguir lo que quieres”
La manera de utilizar este “gimnasio portátil” que es tu mente, es jugando y viviendo tus experiencias cotidianas como un juego. Consiste en que seas capaz de crear un juego que te estimule, al fin y al cabo
¿Qué puede ser más estimulante y motivador que un juego hecho a tu medida?
Veamos paso a paso el proceso para construir lo que podría llegar a ser el juego más interesante que hayas jugado hasta ahora:
Paso 1, Autoconocimiento: pregúntate cuáles son tus sueños, tus proyectos y tus metas de vida. En este paso te vuelves a conectar con aquello te apasiona.
Paso 2, Reconocer: pregúntate cuáles son los recursos psicológicos que utilizas diariamente en tu trabajo. Puedes ayudarte de la lista de más arriba o bien de otras fuentes.
Paso 3, Reutilizar: pregúntate ahora de qué manera el desarrollo de estos recursos puede contribuir de manera positiva a conseguir tus sueños, metas y proyectos.
Paso 4, Lista de entrenamiento: construye una lista con tu entrenamiento diario. El juego consiste en ejercitar la mayor cantidad de habilidades que puedas, sumando puntos todos los días.
Ejemplo: Jefe de construcción Juan Pérez
Paso 1, Autoconocimiento: Supongamos que la pasión de Juan Pérez es hacer música.
Paso 2, Reconocimiento: Juan Pérez selecciona algunos de los recursos psicológicos que tiene que utilizar día a día para ser un buen jefe de construcción (apego a normas, planificación, liderazgo y orientación a los resultados).
Paso 3, Reutilizar: Nuestro jefe de construcción Juan Pérez se da cuenta de que el proceso de “construir una obra” puede transformarse en la mejor manera de aprender a “construir música”. El apego a las normas de la construcción le sirve para aprender el apego a las normas de la música, la planificación sirve tanto para definir las etapas de una obra como para definir las etapas para producir un nuevo tema, el liderazgo es una competencia necesaria para tanto coordinar a los trabajadores como a los miembros de una banda y finalmente, la orientación a resultados es un rasgo que sirve tanto para poder cumplir con los plazos de la obra como con los plazos de una eventual casa discográfica.
Paso 4, Lista de entrenamiento: Juan Pérez se ha planteado todos los días, contar la cantidad de veces que:
Utiliza o mejora su capacidad de seguir las normas:
Mejora en un 1% su capacidad de planificar:
Realiza un comportamiento para ser un 1% mejor líder:
Es capaz de orientarse a sí mismo y a los demás al resultado:
NOTA: Su meta es llegar a contar 100 veces (para empezar).
Al principio puede que te sientas aún más cansado, pero con el paso de los días y las semanas comenzaras a sentir una tremenda diferencia con respecto a tu estado anterior. De pronto los desafíos, las situaciones y las personas desagradables han pasado a ser etapas dentro de tu juego o bien, puntos que sumar a tu favor. Llegará al día en que pase lo que pase, sentirás que avanzas y mejoras.
¡Te invito honestamente a crear tu propio juego! Un juego lleno de estímulos psicológicos, invisibles, exponencialmente acumulativos… y no por eso menos real.