Pensar en grande es un arte que a todos nos cuesta manejar, porque requiere que cambiemos la forma de pensar con la cual hemos sido formados en diversas instituciones educativas, empresas e incluso, en nuestras familias. En este artículo basado en libro “La magia de pensar en grande” del doctor en filosofía David Schwartz (2011), revisaremos las tremendas implicancias de este pensamiento tanto en el plano psicológico como práctico.
Lo primero que tienes que saber es que tu modelo de mundo o tus creencias son como una aguja en una brújula. Cuando tomas una brújula y la observas desde arriba, podrás ver que dentro de ella hay una aguja que apunta al norte. El hecho de tener una brújula no te asegura llegar a tu destino, ¡pero sin lugar a dudas te asegura de que no te vas a perder!, además, una brújula no puede caminar por ti, pero si puede señalarte por donde caminar.
Lo interesante es lo siguiente, una pequeña diferencia en los grados en una brújula puede parecer una distancia muy corta si la observas en la palma de tu mano, pero si caminas a lo largo del tiempo en la dirección que marcan esos grados te darás cuenta de que la diferencia es kilométrica. De la misma manera, la diferencia entre una forma de pensar y otra puede parecer sutil al principio, pero a lo largo del tiempo va a determinar tu felicidad, tu calidad de vida, tus logros y tus resultados, por eso es importantísimo que aprendas cuanto antes a pensar en grande.
¿Qué es pensar en grande en el plano psicológico?
Pensar en grande es tener la capacidad para incorporar un modelo de mundo en el cual nuestra vida es importante, nuestras capacidades potenciales son muchas y nuestras posibilidades aún más. Se trata de que puedas hacer el ejercicio mental de expandir tu mente y de preguntarte por ejemplo, si te estás dando el mismo respeto que les das a tus superiores.
Pensar en grande significa que tu valor como ser humano no es una consecuencia de lo que estudiaste, de tu historia o de tu trabajo actual (o la falta de él), sino que eres capaz de darte cuenta de que tu valor personal y el lugar que ocupas en el mundo es una decisión, una decisión tan importante que nadie debería decidir por ti.
Si puedes imaginar por unos momentos la vastedad del sistema solar y de nuestra galaxia llegarás rápido a la conclusión de que los seres humanos somos apenas una pequeñas partículas parlantes, entonces… ¿para qué limitar tu potencial?
Es sustancial hacer notar que en Latinoamérica tenemos una gran dificultad para pensar en grande, posiblemente porque confundimos humildad con conformismo y el resultado de esto es que nos planteamos objetivos pequeños, buscamos siempre la zona de confort, no nos ponemos a prueba y finalmente, lo que obtenemos dista mucho de lo que podemos llegar a ser.
Afortunadamente, tú vives una experiencia concreta que te puede ayudar a pensar en grande. Si trabajas en minería o estás buscando trabajo en minería puedes aprovechar la experiencia de comprender el tamaño de una industria enorme y aplicar esos criterios contigo mismo.
¡Pero no te confundas! Pensar en grande no significa inflar de manera infantil tu ego o tu narcisismo. No confundamos la soberbia con la grandeza, porque la grandeza personal se refleja también en los valores de la persona y la consideración que tiene con todo lo que le rodea. Para demostrarlo, revisaremos algunas conductas propias de una persona que sabe utilizar su grandeza.
Ocho comportamientos concretos que nos hablan una persona que sabe pensar en grande
No se limita a hacer su trabajo para obtener un sueldo, sino que trabaja porque es consciente de como su trabajo afecta a la organización completa y a las otras personas. Su mente es lo suficientemente grande para considerar a todas las partes. En consecuencia, tiende a buscar mayores responsabilidades y a ayudar a sus compañeros de trabajo de manera frecuente.
No se contagia de los chismes o de conversaciones sobre un tercero. Tampoco tiene interés en discutir con otros por detalles pequeños o combates de ego, porque frente a cada persona o problema se pregunta ¿qué es lo importante en esta relación o con este problema? ¿cuál es el objetivo final?
Una persona grande es capaz de valorizar su trabajo de una manera que le parece realmente justa. Puede hacer concesiones en base a la renta de su mercado, pero si tiene la posibilidad de negociar no dudará en luchar por un sueldo apropiado a su trabajo, porque su trabajo está basado en la excelencia.
Una persona grande se mantiene aprendiendo y entrenando el arte de la excelencia, no va por el mundo creyendo que lo sabe todo, sino que tiene una postura de apertura hacia las posibilidades.
Una persona grande es capaz de sacar la voz en un auditorio, porque dentro de sí sabe que lo que tiene que decir tiene valor y debe ser escuchado.
Una persona grande tiene miedo, pero sabe que la mejor medicina para todo miedo es la acción. No se paraliza.
Una persona grande actúa con probidad y honor, porque su mente es capaz de abarcar las consecuencias de las acciones en el largo plazo.
Una persona grande se plantea objetivos inclusivos que fortalezcan y empoderen a las personas, porque sabe que el triunfo no le pertenece a los llaneros solitarios, sino a los equipos de alto desempeño.
Estimado lector, te dedico cada uno de estos comportamientos confiando en que dentro de cada uno de nosotros EXISTE UNA PARTE GRANDE la cual, entre todas nuestras partes, es la que más deberíamos escuchar. Claramente este sería otro mundo si las personas aprendieran a conectar más con su grandeza que con su miedo.
¡Tú puedes hacer la diferencia el día de HOY, en tu trabajo y en tu familia!
¡Desde iMineros extendemos un fuerte abrazo a la parte grande de ti!
Psicólogo Ulises Villamans S.
Ulises.v.s@gmail.com
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