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¿Por qué te cuesta cambiar?


Todos en algún momento de nuestras vidas hemos querido cambiar algo, sobre todo cuando nuestro entorno se vuelve inestable y las circunstancias nos dejan atrapados en dos opciones: congelarse por el miedo o atreverse a hacer algo distinto. Si en estos momentos quieres realizar un cambio importante en tu vida o ya te encuentras en la vía del cambio, este artículo es para ti.


Lo primero que tienes que saber es que cuando una persona quiere cambiar de manera apremiante, se producen dos grandes barreras. Mi objetivo es ayudarte a que tomes consciencia de estas barreras, para que puedas diseñar una estrategia de cambio efectiva de tal manera que todos los esfuerzos no sean en vano. Las dos barreras que deberás enfrentar para poder realizar cualquier cambio importante en tu vida son: la paradoja de la autenticidad y tu cerebro.


¿Qué es la paradoja de la autenticidad?

Observemos la siguiente situación: supón que quieres comenzar a tener una alimentación más saludable y luego de pasar mucho tiempo pensándolo, un buen día decides valientemente cambiar tus hábitos alimenticios y dejar las hamburguesas. Te encuentras motivado y al principio obtienes buenos resultados, pero al cabo de los días tu fuerza de voluntad empieza a flaquear hasta que sin darte cuenta, te estas devorando una hamburguesa rebosante de grasas saturadas… ¿te ha sucedido algo así?


¿Qué sucedió aquí? Veamos en detalle… la mayoría de las personas intentan cambiar en base a la fuerza de voluntad. Si buscas en internet encontrarás toneladas de información sobre esto, videos motivacionales, charlas, libros, etc. Pero intentar cambiar en base a la fuerza de voluntad tiene un problema y es que… ¡la fuerza de voluntad no es infinita!


Dicho de otra forma, tu mente subconsciente y tu entorno son sistemas que te influyen poderosamente y que tienen algo en común: les gusta la estabilidad. Cuando intentas hacer un cambio en tu vida (por positivo que sea) en base a la fuerza de voluntad, tanto tu mente subconsciente como tu entorno interpretan que dicho cambio no es auténtico en ti (te tienes que esforzar) y ya te puedes imaginar lo que sucede… tu mente subconsciente y tu entorno empiezan a hacer “peso muerto” sobre ti, no te ayudan a cambiar, no te entregan los recursos que necesitas y en última instancia no te dejan cambiar.


La paradoja de la autenticidad entonces, consiste en que cuando tenemos un deseo genuino y auténtico por cambiar, no podemos hacerlo porque estamos utilizando solo nuestra fuerza de voluntad y esto hace que los elementos clave del cambio (nuestra mente subconsciente y nuestro entorno) no nos ayuden.


¿Cómo podemos trascender la paradoja de la autenticidad?

La manera de superar este obstáculo es la siguiente: el cambio que quieres hacer tiene que ser progresivo. Debes aprender a cambiar de manera lenta y progresiva, ya que de esta forma las alarmas de tu entorno y tu mente subconsciente no se activarán. Siguiendo con el ejemplo anterior: comenzar a incluir por lo menos un alimento sano al día. Muchas personas quieren comenzar hábitos saludables en su vida, pero siempre hay un hábito que es más importante, ¡el hábito de tener hábitos! Si lograras solo comer un alimento sano al día durante cien días, probablemente en cuatro meses dejar la comida chatarra no te resulte tan difícil.


Segundo obstáculo, tu cerebro

La segunda barrera que tienes que afrontar para cambiar es tu propio cerebro, ese soporte físico que te permite tener consciencia y mente. Según el doctor en biología molecular Estanislao Bachrach, en su libro “En Cambio” (2014), nuestro cerebro sencillamente ama la estabilidad.


El cerebro es un órgano que requiere al menos de un 25% de la energía que produce el cuerpo y está constantemente buscando optimizar dicha energía. Debido a esta razón, el cerebro busca automatizar ciertos procesos y hábitos mentales. Por ejemplo: supongamos que una persona se da cuenta de que tiene un dialogo interno basado en el resentimiento y la resignación. Si esta persona logra tomar consciencia de esto y decide cambiar, probablemente le va a resultar muy difícil al principio, ya que su cerebro ya ha creado circuitos neuronales muy fuertes con los años (en otras palabras, tu mente le da forma a tu cerebro).


¿Cómo podemos trascender a nuestro propio cerebro?

La única forma que tenemos en la actualidad para superar las brechas de nuestros propios cerebros es mediante la creación de nuevas redes neuronales. Cuando quieras hacer un cambio, tienes que darte cuenta de que el requisito para que ese cambio sea sostenible en el tiempo es que tenga soporte físico, es decir, que tu nueva manera de pensar haya logrado modificar las conexiones de tu cerebro mediante un proceso que se llama neuroplasticidad autodirigida (Bachrach, 2014).


Los requisitos para construir una nueva red neuronal son los siguientes:

  • Repetición: debes ensayar la conducta una y otra vez. Por ejemplo, al comer un alimento sano al día durante cien días estamos superando la paradoja de la autenticidad y al mismo tiempo, aplicando el principio de repetición.

  • Novedad: es recomendable ensayar la conducta en entornos distintos y de maneras distintas para que tu cerebro asocie mejor la nueva información. Por ejemplo, comer diferentes alimentos sanos o en diferentes lugares.

  • Estimulación emocional: no sirve repetir de manera mecánica, debes poder conectarte emocionalmente con el cambio que quieres realizar. Por ejemplo, al momento de digerir un alimento sano pensar en lo bien que nos vamos a sentir y las ganancias que esto representa para nuestro cuerpo.

  • Atención consciente: ser capaz de concentrar nuestra atención en este nuevo comportamiento. Por ejemplo, al momento de digerir un alimento sano, usar una atención plena en la experiencia de comer, los sabores, los colores, los aromas, etc.


Conclusión, ¿cómo cambiar?

En conclusión, hemos visto que cambiar mediante la fuerza de voluntad puede ser estimulante al principio, pero que si solo recurrimos a nuestra voluntad, nuestro cerebro, nuestra mente subconsciente y nuestro entorno se transformarán en obstáculos.


También hemos visto que la única manera de cambiar, es diseñar el cambio de tal manera que nuestro cerebro, nuestra mente subconsciente y nuestro entorno se transformen en nuestros mejores aliados (porque de hecho, lo son).


La manera de cambiar entonces, es diseñar un programa de cambio lento y progresivo que cumpla con los siguientes criterios:

  • Repetición

  • Novedad

  • Estimulación emocional

  • Atención consciente


Por ejemplo:

PASO 1: Todos los días comer un alimento sano (repetir por cien días). Intentar comer diferentes tipos de alimentos sanos y en diferentes situaciones. Al momento de comer un alimento sano, estimular emociones positivas y ser conscientes de la experiencia.


PASO 2: Todos los días comer DOS alimentos sanos (repetir por cien días más). Intentar comer diferentes tipos de alimentos sanos y en diferentes situaciones. Al momento de comer un alimento sano, estimular emociones positivas y ser conscientes de la experiencia.


PASO 3: etcétera…

Paradójicamente, cuando realizamos un cambio de manera lenta y progresiva, estamos realizando cambios en nuestras vidas con una velocidad tremenda, ya que finalmente podemos llegar a perder muchos años de nuestra vida intentando cambiar de manera rápida y frustrándonos varias veces por no conseguirlo, ¡lo cual nos lleva a pensar que cambiar lento representa un gran ahorro de tiempo! Evidentemente la fuerza de voluntad jugará un papel importante, pero mediante esta manera de cambiar lo que haremos será “dosificar nuestra fuerza de voluntad” hasta que finalmente, nuestros nuevos hábitos no representen un esfuerzo sino un permanente disfrute.


¡Desde iMineros te motivamos a cambiar y te damos un tremendo abrazo!

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