Una pregunta muy común en los proceso de selección viene con que el candidato proyecte e indique situaciones en las cuales han manejado espacios de estrés y el cómo han reaccionado ante las mismas. Preguntas como:
¿Qué haces cuando tienes dificultades para resolver un problema?
¿Cómo reaccionas si existe un espacio/situación de estrés permanente?
¿Qué ocurre si se cae el mundo y debes reaccionar?
¿Qué ocurre si eres el único en realizar una actividad muy urgente, pero que además en paralelo debes resolver otras actividades importantes?
Podríamos darle una secuencia lógica de palabras de varios tonos y sabores, pero el modelo es el mismo. Ante una pregunta ambigua, se debe dar una respuesta ambigua. Para este caso, el modelo de la Mano, y lleva su nombre por la forma de la secuencia lógica:
MODELO DE LA MANO
A. Lo tomo con calma
B. Evalúo las variables que han llevado a esa situación
C. Propongo alternativas de solución, pero antes veo si…
D. Veo el nivel de urgencia
E. Si es urgente, se ejecuta a la brevedad
F. Si no es urgente, se coloca en la lista de prioridades
G. Veo si se puede delegar
H. Si se puede delegar, bien, lo delego, superviso y asigno la mejor alternativa de solución
I. Si no se puede delegar y está en mi jerarquía, planifico bien mis tiempo y de acuerdo a la urgencia lo ejecuto.
J. Si no se puede delegar y no está en mi jerarquía, lo elevo para que se ejecute a la brevedad, le hago seguimiento.
Es un marco de toma de decisiones que en un minuto se responde de forma sencilla, sutil y estructurada. No hay ronda de preguntas incómodas como por ejemplo:
¿Y no has pensado en delegar?
¿Y no has pensado en priorizar?
Lo importante es hacer notar que uno tiene una visión estructurada y abierta de cualquier situación.
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