La tarea de hacerse un hueco dentro del mundo laboral intimida. Puede incluso que te ponga los nervios a flor de piel, sobre todo si piensas en la cantidad de gente que hay en tu misma situación, compitiendo contigo. Pero con la personalidad adecuada y la forma de enfrentarse al trabajo y a la vida adecuada, puedes convertirte en un excelente trabajador, de los que destaca sobre el resto.
Se proactivo- “Querido Pesimista, Realista y Optimista, mientras discutías sobre el vaso, yo me bebí el agua. Saludos, el Oportunista” Tienes que estar siempre un paso por delante. Más acción y menos cháchara: en lugar de dar vueltas a un asunto y hablar sobre él, ponte manos a la obra y soluciónalo.
Se flexible – La única constante de la vida es el cambio. Por lo que tener capacidad de adaptación es crucial en el mundo del trabajo.
Se un buen comunicador – Esfuérzate en comunicarte claramente y con honestidad, tanto si la comunicación es cara a cara, como si es por email. Y recuerda: para ser un buen comunicador, también hay que saber escuchar. Esto permite que se desarrolle un debate eficaz y productivo de ideas.
Se respetuoso – Solo te puedes ganar el respeto de los demás, si tú también los tratas con respeto. De nuevo, requiere honestidad/integridad, en primer lugar contigo mismo, y por supuesto con los demás.
Ten seguridad – No quiere decir que seas arrogante, pero no estés constantemente dudando de ti mismo. Tampoco tengas miedo a decir “no sé” si es así, o “lo sé” si realmente estás seguro/a de algo.
Pon grandes dosis de energía y entusiasmo a tu trabajo – Si tienes motivación, esto motivará también a los que te rodean y al final el ambiente de trabajo será mejor.
Mantén la mente abierta – Sopesa todas las opciones antes de tomar una decisión, sobre todo si trabajas en un equipo internacional. No subestimes a nadie por su experiencia, cargo o posición. Todo el mundo tiene su punto de vista, y puede aportar cosas interesantes.
Organízate – Prepárate las reuniones, presentaciones y eventos. Haz listas y respeta los plazos, hará tu trabajo (¡y tu vida!) más fácil.
Se tú mismo/a – Después de todo, ¡por eso mismo te contrataron! No intentes fingir lo que no eres o encajar dentro de un molde determinado. Todo el mundo contribuye a la organización, y debes tener libertad para poder ser tú mismo/a. Asegúrate de que trabajas en una empresa que aprecie y apueste por esta diversidad, y no quiera sólo clones trabajando para ella.
Y lo más importante de todo – ten pasión. Si amas lo que haces, ¡no trabajarás ni un día más de tu vida!
Fuente: EF. Education First Chile